Saturday, October 17, 2015

Feliz día de la Madre!


La maternidad me resulta personalmente una experiencia única, dual, sin medias tintas.
Me permite ser una heroína todos los días, por lo que trato de llevar la capa como tal. Me he vuelto perfeccionista. Cada error que cometo es una tortura de culpa que me recorre todo el cuerpo por entre las venas, los huesos, los músculos; me debilita y a la vez me hace más fuerte, me desmoraliza y me vuelve optimista.
Ya no tengo paz dentro de mí. Sólo encuentro sosiego en cada abrazo que le doy, que me permite recoger ese olorcito a vida tan impregnado a su cuello, un vicio imposible de superar, un olor que ha quedado grabado en lo más profundo de mis fosas nasales, un olor que necesito indefectiblemente, a cada instante.
Si antes mi cabeza no paraba y me daba charla a mitad de la noche con todos los asuntos pendientes, ahora se ha vuelto intolerante a mi necesidad de descanso. Me habla cada vez más fuerte, me recuerda lo que falta, lo que sobra, lo que podría descartar. Y lo peor: lo que no puedo evitar. Mis más profundos miedos vienen como enormes cuchillos a clavarse en mi pecho cada noche, se disfrazan de pesadillas para cortarme la respiración de vez en cuando o se cuelan sigilosos cuando necesito levantarme para ir al baño, algo que además era impensable en mis épocas en que yo era mía y de nadie más.
Aún así, ser madre es mi mayor logro, mi más excitante desafío diario, el más completo de todos mis logros. La maternidad ha moldeado mi cuerpo de una manera impensada, me ha convertido en mi mejor versión, y a veces, en mi peor defecto. Pero qué lindo es cuando esa sensación agridulce se disuelve en una sonrisa, en un abrazo infantil, en un "mimi, te amo" espontáneo, sincero, lleno de inocencia y amor.
Nada más duro. Nada más difícil. Nada más desafiante. NADA MAS LINDO QUE SER TU MAMA.

No comments:

Post a Comment